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Vallformosa, la innovación como motor de la excelencia y la sostenibilidad

Vallformosa socia Indpuls

La jornada sobre estrategia, innovación y nuevos retos organizada por INDPULS para las empresas asociadas, que tuvo lugar a finales de noviembre en las instalaciones de Vallformosa, incluyó una interesante ponencia sobre innovación a cargo de Jana Vives, directora de Innovación de esta histórica empresa vitivinícola.

Con más de 150 años de experienciaVallformosa es una compañía elaboradora de vinos y espumosos, donde conviven la tradición y la modernidad, a través de la innovación y la sostenibilidadSocia de INDPULS, la empresa sitúa la innovación en el eje transversal de su negocio y de su misión, un eje tractor de la excelencia y la sostenibilidad, un motor para mejorar procesos, productos y relaciones y conectar todas las áreas estratégicas de la organización.

“La innovación es mucho más que introducir nuevas tecnologías: es la capacidad de adaptarse a los retos del futuro, generar valor y transformarse continuamente”, explicó Vives. “En Vallformosa estamos en un momento crucial de transformación e innovación. Nuestra dedicación por la excelencia y la sostenibilidad son los pilares que nos han llevado a implementar una serie de estrategias digitales y operativas que no solo mejoran la calidad de nuestro producto, sino que también nos posicionan como líderes en el sector del vino”.

Destaca especialmente el hecho de que Vallformosa no tenga viña propia. En cambio, su modelo de negocio gira alrededor de una comunidad de familias viticultoras que cultivan la viña durante todo el año y proveen la uva, con el apoyo y el acompañamiento del equipo de la compañía. Vallformosa aporta también la tecnología para monitorizar el cultivo en el campo y obtener la mejor uva para la elaboración de sus vinos y espumosos. La diferenciación de su modelo de negocio se basa también en la capacidad de integrar todo el proceso de elaboración del vino, desde la entrada de la uva hasta el embotellado, que es clave para garantizar la calidad y estabilidad del producto.

Son el cuarto elaborador de cava a nivel mundial, produciendo más de 12 millones de botellas al año. Pero además del negocio en sí, cuentan con la Fundación Vallformosa, destinada a repensar el modelo de territorio y generar proyectos sostenibles y de prosperidad para las personas que allí viven. Así, impulsan alianzas con instituciones y empresas para revalorizar el territorio a nivel social, económico, patrimonial, paisajístico y de gestión de los recursos naturales.

Agricultura de precisión

Entre los proyectos de innovación desarrollados por Vallformosa, Jana Vives destacó Optivinya, que se centra en el uso de satélites para llevar a cabo una agricultura vitivinícola de precisión. Las imágenes aéreas permiten seleccionar las viñas, analizar el estado de las cepas y controlar los tratamientos fitosanitarios. Además, con inteligencia artificial se puede calcular el número de brotes y racimos y detectar las enfermedades de la planta.

La agricultura de precisión también se aplica, entre otras cosas, a la predicción meteorológica. Vallformosa ha instalado, por una parte, sensores IoT en varias parcelas para monitorizar en tiempo real la humedad del suelo, la temperatura y el nivel de nutrientes de la viña, y por otra, una estación meteorológica para prever las condiciones climáticas. Esta tecnología permite gestionar cada parcela de forma personalizada, y aplicar la cantidad justa de recursos en función de las necesidades del cultivo y de la meteorología.

La gestión sostenible de los recursos se trabaja a través de un software que ayuda a los agricultores a tomar decisiones para optimizar la producción de los cultivos integrando diversas fuentes de datos y ofreciendo visualizaciones prácticas.
Para el control de calidad de la cosecha, Vallformosa utiliza otra tecnología, una herramienta pionera en la viticultura de precisión, que permite monitorizar y analizar detalladamente el índice de maduración de cada parcela.

Eficiencia productiva y sostenibilidad

A nivel de operaciones, Jana Vives habló del proyecto Smart & Sparkling, que se centró en la reingeniería de una máquina etiquetadora de botellas. Desarrollado con los clústeres del sector vitivinícola y del packaging, este proyecto permitió ganar eficiencia productiva y reducir las incidencias. En sus instalaciones, gran parte del proceso productivo está automatizado, incluyendo el tiraje, el embotellado y el etiquetado, lo que optimiza la producción, minimiza los residuos y asegura unos estándares de excelencia.

En este mismo sentido, la compañía ha adoptado la metodología LEAN para los procesos de producción. “No solo nos permite eliminar pasos innecesarios en la cadena de producción, mejorando la eficiencia y reduciendo costes, sino que también fomenta una cultura de mejora continua, donde animamos a los trabajadores a participar activamente en la identificación de mejoras y soluciones”, detalló la directora de Innovación de Vallformosa.

Otros proyectos se centran en la sostenibilidad, porque “siendo la materia prima la uva, la sostenibilidad es crucial”. Además de las viñas ecológicas, la eficiencia energética y de recursos es un pilar de su modelo de negocio. El 30% de la energía que consumen proviene de las cerca de mil placas solares que han instalado. Consumen un 40% menos de agua que la media del sector. Reutilizan o reciclan el 94% de los residuos generados, y han reducido el gramaje de las botellas para minimizar la huella de carbono, entre otras acciones.

Un ejemplo de innovación en packaging dirigido a la sostenibilidad es el proyecto Fizztirage, que ha permitido crear el primer sistema circular del mercado de taponado, totalmente reciclable, para la fermentación de vinos espumosos.

Este compromiso con la sostenibilidad y la responsabilidad social de Vallformosa ha derivado en la obtención de la certificación B Corp, siendo la primera bodega española en conseguir esta distinción.

Cultura empresarial dirigida a la innovación colaborativa

Según expuso Vives, la innovación también la aplica Vallformosa a nivel comercial, de marketing y de cultura empresarial. Así, la prospección de clientes se está comenzando a trabajar con una startup que, a través de una herramienta de inteligencia artificial y big data, mejora la segmentación y la selección de clientes potenciales. “Hemos puesto la herramienta a disposición de los distribuidores -explicó-, que son quienes tienen el contacto con el cliente final y, por tanto, lo entienden mejor. Y nosotros recibimos los datos que necesitamos para hacer las adaptaciones que sean necesarias al producto”.

Asimismo, la compañía está apostando por el patrocinio de eventos para llegar a nuevos públicos, con el objetivo de alejar la idea de que el cava solo es una bebida para una ocasión especial. Esto va en consonancia con los cambios en hábitos y canales de consumo y en cómo impacta la tecnología en las tendencias que investigan a través de V4F, una spin-off de innovación que crearon hace tres años y que explora nuevas oportunidades de negocio para dar respuesta a las demandas del mercado.

“Pero el motor de Vallformosa es el equipo humano, los viticultores y los trabajadores de la compañía. Hemos hecho mucho énfasis en crear una cultura abierta a la innovación colaborativa y que empodera a las personas como agentes del cambio. Implementamos una visión transversal de que cualquier cambio tiene un impacto para todos, que todos sean conscientes de los impactos que pueden crear y que deben buscar las soluciones conjuntamente. Esto ha sido un cambio cultural muy importante en Vallformosa”, añadió Vives.

Además, durante la jornada los socios tuvieron la oportunidad de visitar las instalaciones de Vallformosa y contemplar cómo se han implantado algunas de las innovaciones detalladas por Jana Vives.

Si quieres más información sobre la innovación en Vallformosa, puedes leer esta entrevista a Jana Vives.